ARTE Y ARQUITECTURA EN VENEZUELA EN LOS AÑOS CINCUENTA

Este segundo apartado se ha hecho necesario para complementar y explicar la interrelación del binomio Arte-Arquitectura, y en especial la relación que se desarrolla en Venezuela a los años cincuenta en la Ciudad Universitaria, como el ejemplo más contundente.
En este periodo en el campo de las artes existían dos tendencia antagónicas, una era el grupo de artistas que conformaban la “Escuela de Bellas Artes” y el otro el grupo de los “Disidentes” (Ver grafico 1 y 2), radicados en Paris y conformados por Venezolanos que mantenían una relación directa con lo que acontecía en Caracas.
De estos primeros, el gobierno bajo la postura del Nuevo Ideal Nacional, daban prioridad al realce de su “Gloriosas tradiciones” y “Forjar Nuestra Nacionalidad” con el desarrollo de una iconografía basada en la idealización de los Próceres, los Caciques, la flora y la fauna nacional.
Para esto los artistas desarrollaron un importante trabajo destinado a cubrir espacios institucionales y urbanos como plazas y autopistas. Entre ellos se encuentran los escultores Ernesto Maragall con la fuente monumental para la Plaza Venezuela (1953), Francisco Narváez con “Las Toninas”, Plaza OLeary , El Silencio (1944), Alejandro Colina con Maria lionza en la autopista Francisco Fajardo, entre los pintores destacan Pedro Centeno Vallenilla, Cesar Rengifo.
A la par de estas obras de corriente figurativa, que idealizaban los emblemas patrios, se mantenía en la arquitectura oficial la corriente de tendencia academicista sin embargo, esto se verá alterado por un profundo cambio que va a sufrir la arquitectura venezolana a partir de la construcción de la Ciudad Universitaria en Caracas de la mano de Carlos Raúl Villanueva. El propio arquitecto, en el proceso de proyección y de ejecución de la Ciudad Universitaria, demostrará los cambios e influencia que se daban en su arquitectura y pensamiento.

“Desde su llegada al país en 1928, la comparación del primer plano conjunto de 1944 con el de mediados de los cincuenta hablan por si solo: se pasa de un esquema de claro sabor clasicista, basado en ejes de simetría secundados por los propios edificaciones, que se también se pliegan a los lenguajes académicos, a otro en el que, sin perderse el ordenamiento inicial y la localización con bases de ejes, ahora mas sugeridos, de las principales edificaciones y actividades, se nota un planteamiento que sin dejar de ser racionalista es, a la vez mas orgánico y definitivamente moderno” (1)



Aquí, el grupo de artistas “Disidentes” fueron convocados a formar parte de lo que Villanueva va a considerar “La Síntesis de las Artes” donde arte y arquitectura pasarían a ser una sola.
Contradictoriamente a la política nacionalista que promulgaba la dictadura que tenia por estandarte la figuración, ahora va a optar por una abstracción de carácter universal y abre la puerta para recibir lo mas nutrido del panorama de las artes internacional como lo es: Jean Arp, Alexander Calder, Wilfredo Lam, Fernand Legar, Victor Vasarely, Henri Laurens, Baltasar Lobo, Antoine Pevsner, Sophie Taeuber Arp. A demás con la participación de los venezolanos, Miguel Arroyo, Armado Barrios, Omar Carreño, Carlos Gonzalez, Pedro Leon Castro, Mateo Manaure, Francisco Narváez, Pascual Navarro, Alirio Oramas, Alejandro Otero, Hector Poleo, Braulio Salazar, Jesús Soto, Victor Valera y Oswaldo Vigas, sin duda alguna todo lo que sucedía en el mundo del arte abstracto internacional si iba a conciliar con su la arquitectura Moderna. Esta llamada “Síntesis de las Artes” por Villanueva en su análisis semántico, se presenta como una simple yuxtaposición de las obras de arte que la componen con la arquitectura, para esto Moholy–Nagy Sibyl nos comenta:

El problema de la definición conceptual de la “Síntesis de las Artes” pareciera no lograr formular un marco propio de referencia moderno y se halla signado aún por criterios románticos, resultando normal encontrarse con definiciones de este tipo sobre todo a partir de la crisis del movimiento experimentada en la segunda posguerra. (2)

La síntesis se presenta como un espacio donde ambas comparten una relación por convivencia, nos es una composición de sus partes como un todo, donde la arquitectura crea el espacio y el soporte para la contemplación del arte a la manera romántica que comenta Sibyl, esta gran diferencia lleva a explicar la naturaleza de ambas materialidades.
En un primer momento estas se presentan como una etapa final del proceso creativo, su constitución física y conceptual no da cabida a una posible alteración, modificación ó interrelación entre ellas. Es por eso que en el arte abstracto concibe al observado más como espectador en el plano bidimensional que en un posible estado relacional (Exceptuando el arte cinético).
Tampoco hay que olvidar la condición espacial que posee el conjunto la Ciudad Universitaria en sus diferentes edificios, que interrelaciona con las mismas obras de arte en un juego de sombras y luces.
Para Villanueva la labor del arquitecto, si desea cumplir su oficio intelectual, es organizar el espacio. Y luego la primera función, la más importante, es regular la relación entre ambiente y cuerpos humanos, sentidos humanos, sentimientos humanos. En su obra hay una clara lectura de los dispositivos para lograr el confort natural, todos diseñados, atendiendo a los simples y precisos requerimientos del acondicionamiento ambiental por medios no mecánicos. Villanueva señala que, al utilizar funcionalmente los materiales propios, atiende la arquitectura como concebida para el hombre y para un clima y una luz muy definidos, logrando de esta manera una armoniosa unidad con el paisaje.
Aquí Juan Pedro Posani señala que la idea de Villanueva de trabajar con el sol, la lluvia y la deslumbrante luz del trópico, está presente en nuestra arquitectura y puede ser observada en las fachadas de las casas coloniales, donde los macizos predominan sobre los vanos y los numerosos postigos de madera de las ventanas permiten graduar la luz favoreciendo al mismo tiempo la ventilación.
Acaso en las respuestas arquitectónicas del diálogo con la naturaleza define Villanueva lo que pudiéramos llamar una estética del lugar, concebida a partir de la articulación de los espacios, el diseño de volúmenes y fachadas y las circulaciones peatonales, remarcado que cualquier buena arquitectura en el cualquier parte del mundo, debe responder a estas condiciones básicas del medio ambiente. Esto permite ver que la relación entre arte y arquitectura va más allá del plano formal y será el arte contemporáneo con su par la arquitectura que indagaran posibles rizomas que todavía no se han explorado.
Hasta aquí se han establecido las bases y los pilares que sostendrán un discurso repleto de subjetividades y puntos de vistas que, como acotó Juan Pedro Posani, es un “Plan de Vuelo, que incluso, puede estar sujeto a modificaciones” destino que comparte el arte y la arquitectura por igual.


Oscar Abraham.

(1) Calvo Albizu Azier, “Venezuela y el Problema de su Identidad Arquitectónica”, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela, Caracas.
(2) Moholy-Nagy, Sibyl. Carlos Raúl Villanueva. Trad. C. Diament de Sujo.Lectura:Caracas. 1964









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